Como limpiar Suelos Laminados

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Imagínate esta situación: el perro entró desde el jardín y dejó huellas de barro por todas partes. O quizás esta: Tu hijo derramó su zumo de naranja en la sala. La otra que sigue a continuación es un clásico: entraste para ducharte luego de haber trabajado todo el día en el jardín y se te olvidó quitarte los zapatos. Estos eventos, y otros similares, son un tipo de ocurrencia cotidiana en nuestros hogares.

Si has instalado tus hermosos suelos laminados nuevos, es lógico que te gustaría que se vieran geniales durante los próximos años. Mantener en el tiempo la belleza de tus suelos laminados tiene como pieza clave a la limpieza.

Para la limpieza, necesitarás un conjunto básico de herramientas y suministros. Ese es, portando, el objetivo de este artículo. Poderte ofrecer algunos consejos sobre cómo limpiar tu laminado de forma segura y adecuada. Sigue leyendo y conocerás cuales son nuestros consejos para que limpies tus suelos laminados de forma adecuada.

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Como Limpiar suelo laminado. Mejores Trucos

Los suelos laminados deben limpiarse con regularidad y con mucho cuidado para evitar que se rayen o deformen. El uso de limpiadores fuertes debe evitarse al máximo porque pueden crear rayas o dañar el laminado. La limpieza general con un trapeador seco debe realizarse con regularidad. No obstante, si quieres una limpieza más profunda, puedes apelar al agua tibia o químicos limpiadores que sean suaves. Todo lo que leerás a continuación te enseñara cuáles son las mejores opciones que tiene a la hora de limpiar tus suelos laminados.

Herramientas recomendadas

Lo primero que recomendamos es una escoba suave o una aspiradora para superficies duras y una buena mopa de microfibra para laminados. Es altamente sugerible que barras o aspires con regularidad para recoger el tipo de arena que se deposita sobre el suelo laminado y que proviene del exterior. Estas partículas arenosas, al ubicarse bajo los pies, son transportadas al caminar. El efecto final son rayas que eventualmente harán que desaparezca ese brillo del laminado que tanto disfrutas.

En ocasiones, una aspiradora hace mejor trabajo que una escoba en la eliminación de estos pequeños desechos sólidos. Principalmente porque te permiten atrapar cualquier alérgeno (sustancia que puede provocar una reacción alérgica) y confinarlo en una bolsa. Una escoba, por su parte, a menudo los levantará en el aire para transportarlos a otra parte de la habitación. También podrías necesitar un trapeador de microfibra para estas labores de limpieza frecuente.

Por último, no uses un cepillo de suelo estándar. Las cerdas rígidas, parecidas a pajitas, del cepillo podrían dañar la superficie.

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Maneras de limpiar suelos laminados

Los suelos laminados deben limpiarse con regularidad para evitar que se rayen o deformen, pero el uso de limpiadores fuertes puede crear rayas o dañar el laminado. Regularmente debe hacerse una limpieza general con un trapo seco pero si quieres una limpieza más intensa, también se puede aplicar agua tibia o limpiadores suaves. Lee a continuación, un resumen de lo que se considera que son las mejores formas de limpiar suelos laminados.

Método 1 – Limpieza general

Barrido de suciedades

Barre el suelo con regularidad. Hazlo con un trapeador seco sobre la superficie con regularidad para eliminar la suciedad cotidiana. El exceso de cabello, suciedad, y otros residuos sólidos sobre el suelo pueden causar que aparezcan rayones si se permite que se acumulen con el tiempo. Esto puede suceder a pesar de que el laminado es bastante resistente a los rayones. Por lo tanto, barrer frecuentemente evita que se formen tales rayones.

Para barrer no uses un cepillo estándar. En su lugar también puedes usar un trapeador seco, o también una aspiradora con un cepillo suave. Las cerdas rígidas, parecidas a pajitas, del cepillo podrían dañar la superficie. Barre en la dirección en la que se colocaron las baldosas laminadas. Hacerlo le permite recoger cualquier residuo que caiga entre las ranuras de las piezas del laminado.

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Derrames líquidos

Limpia los derrames inmediatamente. Para esta labor, es preferible usar un paño o una esponja inmediatamente ocurrido el derrame de líquido. No permitas que ningún líquido, ni siquiera agua, se asiente en el suelo durante períodos prolongados. El líquido puede herir de muerte a tu laminado al manchar o dañar su capa protectora de desgaste.

El exceso de líquido puede ser retirado con un paño suave y seco. Humedecer un poco este mismo paño antes de continuar limpiando el líquido que queda en la superficie. Alternativamente, puedes usar una esponja para limpiar el lugar del derrame. Cualquiera sea el método que uses, asegúrate de secar la mancha completamente. No permitas que el área permanezca húmeda durante mucho tiempo.

Trapos para levantar más suciedad

Utiliza un trapo para una limpieza profunda, no un limpiador a vapor o un pulidor. El laminado no es tan fuerte como otras opciones de suelos y se daña fácilmente con dispositivos como limpiadores a vapor o pulidoras.

Si tu suelo luce sucio, la solución que debes aplicar es frotar un trapeador con bastante fuerza. Es posible que necesites darle más de una pasada. El trapeador es lo más seguro que hay para tus suelos. Si no puedes limpiar tu laminado sin importar lo que intentes, detente y llama a un profesional.

Vinagre o detergente

Usa vinagre o un detergente suave si necesitas más poder de limpieza. Como medida opcional, puedes usar un producto comercial recomendado para uso en suelos laminados. Asegúrate de leer la etiqueta y utilizar el producto correctamente, ya que un pequeño producto rinde mucho.

Muchos sugieren que los limpiadores de marca son inferiores a una buena mezcla de vinagre y agua para hacer un limpiador de laminado. Solo debes mezclar a partes iguales agua caliente y vinagre en una botella rociadora. antes de trapearlo con la microfibra, usa la botella para rociar antes de trapear tu laminado y estará listo.

Esta solución de limpieza casera es, por una parte, mucho más barata que adquirir una marca comercial (la solución casera cuesta solo centavos por botella). Por la otra parte, es mucho más sostenible ambientalmente ya que no introduce químicos adicionales a tu hogar.

Evite el uso de limpiadores que prometan crear una superficie brillante, ya que estos productos pueden causar una acumulación de cera en tus suelos. Evita usar productos con aroma a pino en tus suelos laminados, estos pueden dejar un residuo opaco y jabonoso sobre la superficie.

Método 2 – Agua caliente

Balde con agua

En este método no es necesario que el agua esté hirviendo, pero en todo caso, debe estar más que tibia. Llena un balde y realiza una limpieza profunda y húmeda varias veces al año o después de que una gran parte se haya embarrado o esté muy sucio.

El agua caliente a menudo se considera una de las mejores formas de limpiar el suelo laminado porque, cuando se hace correctamente, no deja rayas. También es menos probable que dañes la capa protectora del laminado, ya que el agua es el limpiador más suave posible.

Remoja y exprima un trapeador

Remoja un trapeador de esponja en el agua caliente. Debes estar atentos escurrirlo bien y garantizar que quede solo ligeramente húmedo. Te recomendamos los trapeadores de esponja sobre los de estilo tradicional ya que es más fácil controlar con ellos el nivel de saturación.

La mopa debe exprimirse bien antes de usarla. El laminado puede mancharse o deformarse por la acción de agua reposando mucho tiempo sobre la superficie. Para evitar esto, el trapeador solo debe estar ligeramente húmedo antes de usarlo.

Secar a fondo con un trapo

Dale al suelo un trapeo a fondo. Cubre todo, comenzando desde el centro hacia los lados. Alternativamente, puedes trabajar yendo de un lado a otro de la habitación. Debes evitar trapear desde el exterior de la habitación hacia el centro, ya que deberás caminar sobre el laminado recién limpiado mientras se seca para poder salir de la  habitación. Durante todo el proceso, debes remojar y escurrir el trapeador varias veces.

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Seca el suelo laminado

Si el laminado está apenas húmedo, puedes dejarlo secar al aire. De lo contrario, sécalo con un paño de microfibra limpio y seco. No utilices un paño abrasivo, ya que podría rayar el suelo. No deje que se acumulen charcos de agua sobre el laminado durante largos períodos de tiempo.

Método 3 – limpieza con vinagre

Prepara la solución

Prepara una solución de vinagre y agua. Vierte 1/4 taza (60 ml) de vinagre blanco en una botella con atomizador de 30 a 32 oz (940 a 1000 ml). Llena el resto de la botella con agua corriente y agita bien para combinar.

El vinagre diluido funciona muy bien en los casos en los que el laminado se ha apelmazado en barro u otras manchas y esto ha hecho que el laminado pierda su brillo. El vinagre es demasiado abrasivo para usarse en su forma pura, por lo que debes siempre combinarlo con agua. También puedes crear una solución similar a base de vinagre combinando 1/3 de taza (80 ml) de vinagre con 3 chorros de detergente líquido para platos y 1 galón (4 litros) de agua tibia.

Rociado

Rocía un poco de la solución sobre el laminado. Haz la aspersión en cuadrado pequeños no mayores a un área de 30,5 cm x 30,5 cm. No rocíes todo con vinagre de una vez. Debes limpiar la solución casi de inmediato. Rociar todo el laminado al mismo tiempo evitará que limpies el vinagre antes de que comience a atacar su capa protectora.

Limpieza

Limpia la solución con un trapeador de esponja o paño húmedo. Hazlo inmediatamente después de rociar la solución de vinagre. Si lo deseas, y tienes uno disponible, usa un paño de microfibra suave. Sin embargo, no utilice trapeadores o trapos que sean abrasivos. Asegúrate de escurrir el trapeador o el paño antes de usarlo. No mojes el suelo con agua, ya que dejar que la humedad se asiente durante demasiado tiempo podría hacer que este se deforme.

Secado

Seca el laminado. Si ha quedado una gran cantidad de agua, usa un paño de microfibra seco para empaparlo y retirar el exceso. Si solo ha quedado una pequeña cantidad de agua, puedes dejar que se seque al aire sin temor a que tu laminado pueda sufrir daños.

Método 4 – Jabones suaves

Balde con agua caliente

Llena un balde con agua caliente. Agrega aproximadamente un cubo (4 litros) de agua tibia a caliente a un balde grande. No es necesario que el agua esté hirviendo, pero debe estar mucho más que tibia.

Detergente suave

Agrega un champú para bebés o un detergente suave. Agrega 2 cucharadas (30 ml) de champú para bebés o detergente para platos líquido suave en el agua caliente. No uses un detergente para platos perfumado o teñido, ya que es más probable que creen rayas o dañen el laminado.

El champú para bebés es lo suficientemente suave para usar en suelos laminados, pero no uses champús estándar para adultos. Mezcla el agua y el jabón con la mano hasta que el jabón se disuelva y comiencen a formarse burbujas. No utilices limpiadores abrasivos, como lejía u otros productos químicos de limpieza fuertes.

Remojar el trapo

Remoja y exprime un trapo. Remoja un trapeador de felpa o esponja en la solución jabonosa. Exprímelo bien para que quede solo ligeramente húmedo.

El agua con jabón es una buena opción para limpiar suelos que han estado expuestos al barro, botas de nieve cubiertas de sal u otras formas importantes de contaminación. También puede usar un paño de microfibra, pero es preferible usar trapeadores, ya que limpiará todo a la vez en lugar de trabajar en parches pequeños.

El exceso de agua puede hacer que el laminado se deforme. Hay que exprimir muy bien el trapeador antes de usarlo. Debe estar húmedo, no empapado.

Limpieza

Limpia de un lado a otro. Comienza desde un lado de la habitación y continúe hacia el otro lado, cubriendo todo. También puedes comenzar en el centro y avanzar hacia el perímetro exterior de la habitación. Lo único que debes evitar es abrirte camino desde el exterior hacia el centro de la habitación, ya que tendrás que cruzar el laminado recién limpiado para salir de la habitación. Vuelve a remojar y escurre el trapeador según sea necesario para recorrer toda el área.

Secado

Seca el laminado. Si usaste una pequeña cantidad de agua, puedes dejarlo secarse al aire rápidamente. Si no muestra ningún signo de secado al aire cuando llegues al otro lado de la habitación, sécalo a mano con un paño de microfibra seco. No permitas que se acumulen charcos de agua sobre el laminado durante períodos prolongados de tiempo.

Método 5 – Eliminación de manchas problemáticas

Manchas de sangre

Limpia las manchas de sangre con líquido limpiacristales. Rocía una pequeña cantidad de limpiacristales sobre la mancha y límpiala inmediatamente con un paño tibio y ligeramente húmedo. Utiliza un paño de microfibra no abrasivo. Cuanto antes puedas atender la mancha, más fácil será quitarla.

Restos de chicle

Primero, retira el chicle con un cuchillo de plástico. Quita toda la goma y frota cualquier residuo con un paño suave y húmedo. Humedece el paño con alcoholes minerales para obtener mejores resultados. No uses un cuchillo de metal, ya que es demasiado duro y es más probable que raye el laminado.

Refresco y vino

Limpia las marcas de refresco, vino, crayón o tinta con un paño húmedo. Por lo general, estas manchas se pueden eliminar simplemente con un paño de microfibra ligeramente húmedo. Es posible que debas aplicar alcoholes minerales al paño para eliminar las marcas de crayón de cera.

Para las manchas de tinta rebeldes, es posible que debas agregar un poco de detergente o removedor de tinta al paño para eliminar completamente la mancha. Asegúrate de volver a limpiar el área con un paño empapado en agua tibia y limpia después.

Esmalte de uñas

Quita el esmalte de uñas, el betún de zapatos o el alquitrán con un quitaesmalte de acetona. Agrega un poco de quitaesmalte a un paño de microfibra y frota la mancha hasta que salga. Limpia el área con un paño de microfibra empapado en agua limpia después.

Marcas de pisadas

Borra las marcas de los talones y los pequeños rayones con un borrador de lápiz. Simplemente frota el borrador sobre estas marcas hasta que se despeguen del laminado.

Grasa

Congela la grasa. Aplica una bolsa con hielo o un paquete de verduras congeladas en el lugar hasta que la grasa se endurezca. Quite la grasa congelada con un cuchillo de cocina de plástico. No raspes la grasa con un utensilio de metal. Limpia los residuos de grasa restantes rociando una pequeña cantidad de limpiacristales en el lugar y limpiándolo con un paño húmedo.

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Precauciones y advertencias

Si sigues las instrucciones anteriores, no tendrás ningún problema para limpiar tu laminado. Sin embargo, es bueno que recuerdes varias cosas que debes evitar porque puedan dañar tus suelos. Aparte de no usar abrasivos como estropajos, aquí hay algunos consejos más:

Líquidos y laminados dan como resultado un desastre

  • Menos agua es mejor. El agua puede penetrar y causar peladuras y separaciones. No empapes tu trapeador de microfibra y no dejes charcos.
  • No uses lejía. Dado que el laminado de madera es poroso, el blanqueador se absorberá y provocará una serie de problemas. El blanqueador a menudo quitará el acabado brillante de tus suelos laminados y también puede manchar y cambiar el color de tu laminado.
  • No laves ni trapees tus laminados con jabón, agua, detergente para limpieza de aceite o jabón o cualquier otro producto de limpieza líquido. Esto podría causar hinchazón, deformación, delaminación y separación de la línea de unión, y se anularía cualquier garantía que pudiera estar en garantía.
  • Nunca uses un trapeador a vapor de ningún tipo. Los trapeadores de este tipo usan agua caliente que fuerza el vapor contra la superficie de tu suelo. Las juntas entre los tablones laminados se unen muy bien, pero no son impermeables. El vapor puede y llegará a las juntas y puede dañar en forma de descamación, burbujas e hinchazón.

Rayones sobre el laminado

  • Barre, quita el polvo o aspira con regularidad. Usa a tal fin el accesorio adecuado que te ayude a evitar la acumulación de suciedad y arena que puede rayar u opacar el acabado.
  • Evite el uso de lana de acero, limpiadores abrasivos o limpiadores fuertes de propiedades corrosivas. No utilices ningún tipo de máquina para pulir tus suelos laminados.
  • Otro sistema de limpieza que puede parecer una buena idea es el uso de almohadillas magnéticas secas que atraen la suciedad y la suciedad. Estas también deben evitarse.
  • Las alfombrillas de entrada te ayudarán a recoger la suciedad, la arena, la arena y otras sustancias como aceite, asfalto o sellador de entrada que. De otro modo, podrían quedar en el suelo.

Los productos comerciales son una opción

  • Te recomendamos que te mantengas alejado de los productos que ofrecen un “brillo que protege”. Estos productos se ofrecerán no solo para limpiar, sino también para rellenar rayones. Lo hacen agregando una película o relleno del producto. Si bien esto puede funcionar, a menudo estos productos atenuarán el brillo de tu laminado al dejar ese residuo.
  • La mayoría de los expertos dudan de que realmente se necesite comprar una solución de limpieza de marca. Por el contrario, piensan que las soluciones caseras funcionan mejor. Incluso ni siquiera confían en los productos producidos por las mismas empresas que fabricaron el suelo laminado. Sin embargo, esta es una decisión personal.
  • Los que apoyan la solución de los productos comerciales se apoyan principalmente en los aditivos que traen que, en teoría traen beneficios al laminado. Entre ellos refieren que hacen un mejor trabajo para controlar la estática de los laminados que los limpiadores caseros. Asimismo, argumentan una mejor solución al olor que dejan después de ser usados.
  • Al final, es posible que desees probar más de un limpiador comercial y ver cuál funciona mejor para ti en cuanto a limpieza y aroma. Pero de nuevo, las soluciones arriba delineadas trabajan perfectamente y la adopción de medio comerciales es una decisión personal.

Conclusión

Limpiar tus suelos laminados y mantenerlos en buen estado no tiene por qué ser un gran desafío. Tienes a tu disposición algunas opciones fáciles y asequibles, y solo necesitas evitar algunas trampas. Barre con una escoba suave o pasa la aspiradora con regularidad para evitar que el laminado se raye con la arena del ambiente y trapea con un buen trapeador de microfibra.

Si quieres ahorrar, puedes hacer tu propia solución de limpieza para usar con el trapeador. Tienes también la opción de comprar un producto de venta comercial que obviamente será más caro pero que hará que tu laminado huela mejor y se elimine la estática.

Debes tener la previsión de no usar herramientas de limpieza o productos que puedan rayar tu suelo laminado. Sobre todo, no uses agua sobre tu laminada hasta empaparlo. Tampoco permitas la formación de charcos sobre su superficie. Si sigues estos consejos, disfrutarás de tus hermosos, brillantes y limpios suelos laminados durante muchos años.

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